Dos niños idénticos, un príncipe y un mendigo, intercambian destinos en la Inglaterra del siglo XVI. Con ironía, Mark Twain convierte esta aventura en una lección sobre justicia y compasión.
Este sitio web utiliza cookies, tanto propias como de terceiros, para mellorar a súa experiencia de navegación. Si continúa navegando, consideramos que acepta o seu uso.Máis información