En 1908, al final del poema Torso de Apolo arcaico, Rainer Maria Rilke conminaba a un lector contemporáneo: Debes cambiar tu vida. A diferencia del verso de Rilke, Se quiere otra vida no sugiere la obligación de cambiar de vida, pero sí constata la voluntad que nos podría obligar a hacerlo. Conste que la filosofía nunca ha sido, única y exclusivamente, un cuerpo doctrinal con pretensiones ontológicas o epistemológicas, sino que, a menudo -y, sobre todo, en épocas de grandes mudanzas sociales y políticas-, se ha configurado como una propuesta de autotransformación o, por decirlo en el lenguaje antiguo, como un arte de vivir. Volvemos a estar necesitados de un mensaje como este; se hace preciso reaprender a vivir y hacerlo, por descontado, de manera personal e intransferible, sin consultarlo con un bot de inteligencia artificial. En el título Se quiere otra vida resuenan la música y las letras de Franco Battiato. Y, en el subtítulo, Fragmentos de filosofía aplicada, reverbera el amor por el fragmento como forma filosófica -tal como lo pensaron Nietzsche, Adorno y Cioran-. Este libro reúne una serie de motivos