Pamplona, 18 de julio de 1936. Está a punto de declararse el estado de guerra. El comandante de la Guardia Civil ha sido muerto por variosdisparos a la puerta de la casa cuartel coincidiendo con el inicio del alzamiento militar dirigido por el general Mola. El juez deInstrucción dispone el levantamiento del cadáver, que se practique laautopsia, y ordena a la Comisaría de Vigilancia que averigüe qué hasucedido e identifique a los autores.El agente Manuel Salvador, del Cuerpo de Investigación y Vigilancia,con ayuda del agente auxiliar Onofre Mansilla, es el encargado deefectuar la investigación. En una ciudad levantada en armas contra elGobierno de la República, la misión de investigar un asesinato delcual son sospechosos los mismos que han tomado el poder por la fuerzaresulta muy peligrosa y de éxito más que dudoso.La novela policial, explicó Tzvetan Todorov, «no contiene una sino dos historias: la historia del crimen y la de la pesquisa». En Seisheridas de arma de fuego Miguel Izu combina la historia de un crimenreal con el relato ficticio de su investigación.