La transición española como nunca se la hanácontado: a través de lasvivencias y la escrituraáalucinada de una adolescente que despiertaalámundo adulto. «Dios no quiere que escriba esta novela», dice lanarradora. Pero la escribe, y en ella relata el despertar a la vidaadulta desde su adolescencia en una urbanización llamada El Atabal,fundada por holandeses, donde su rebelde hedonismo y su amistad con la omnipresente Regina la catapultarán lejos de la mediocridadcircundante. La suya es una novela sobre la memoria, sobre laescritura como arma contra el mundo, atravesada de transiciones einiciaciones: de transiciones, porque lo que se cuenta sucede enEspaña entre 1976 y 1983, y de iniciaciones, porque lo que se cuentaes el descubrimiento del mundo adulto a través del sexo y el deseo.Enpleno amanecer sexual, la narradora conoce a un pintor llamado Carlosy a un escritor llamado Ángel. Acaso uno de ellos sea Dios y el otroel Diablo, y acaso ella sea una Eva gnóstica y andrógina a la queCarlos pinta desnuda en su particular Paraíso. El cuadro forma partede una serie de lienzos en los que aparecen retratados, también