Un día de mayo de 1999, siete mil personas abarrotaron la basílica deSan Petronio en Bolonia y la plaza que está delante de ella para darsu último adiós a Enzo Piccinini, cirujano del hospital de Sant'Orsola que murió trágicamente a la edad de 48 años. Pero, ¿quién era estejoven médico que había sido capaz de dejar una huella tan profunda entodas esas vidas?Cirujano sui generis debido a los años en losque comenzó la profesión, Piccinini creyó firmemente en la necesidadde cuidar a los pacientes de forma integral, considerando como partede su tarea la atención a su situación afectiva y el acompañamientofrente al dolor y el miedo a la muerte. Una convicción nacida en susaños de estudio y destinada a crecer con el paso del tiempo a partirde su amistad con Luigi Giussani y del compromiso con el movimiento de Comunión y Liberación, que le llevó a realizar, además de unareconocida actividad médica, una incansable labor de educación ytestimonio para los más jóvenes.
Su obra se mantiene viva hoy a través de una escuela de médicos e investigadores inspirados en el«método Enzo» y de las personas que lo c