Cuando a sus 81 años, el viejo Jay Mendelsohn decide inscribirse en el seminario sobre La Odisea que imparte su hijo en la universidad, no se imaginaba la aventura emocional e intelectual en la que ambos estaban a punto de embarcarse. Para Jay, un científico jubilado que veía el mundo con los ojos de un rígido matemático, la vuelta a las aulas supuso su última oportunidad para conocer uno de los grandes clásicos de la literatura que siempre se le había resistido, pero, sobre todo, la última oportunidad para entender a su hijo, prestigioso escritor, amante de los clásicos y homosexual.