El ojo sensible de Delacroix, figura central del romanticismo, captó en sus acuarelas y dibujos, pero también en las cartas que escribió desde Marruecos y Andalucía, toda la luz, el color y la belleza que descubrió en esas tierras del sur.
Este sitio web utiliza cookies, tanto propias como de terceiros, para mellorar a súa experiencia de navegación. Si continúa navegando, consideramos que acepta o seu uso.Máis información