Como la nieve, el fuego. Este libro se escribió gran parte del tiempo practicando el Shinrin-Yoku japonés o como se denomina en español, baños de bosque: salidas diarias a la naturaleza sin recorrido, ni objetivo previo, versos que siguen los pasos y paradas de un pequeño westie en su primer año de vida, versos que caminan tras los pasos y paradas de alguien que escribe, siendo, en definitiva, el ojo, el oído, el tactoà quienes se quedan en el poema.