Hay libros que se leen y luego están los que se recorren. Este tellevará de rotonda en rotonda, de mamotreto en mamotreto, por losmárgenes de España y por el centro de todo lo que no supimos ver atiempo. Dinosaurios de chatarra, templos solares, esculturasimposibles, aeropuertos vacíos, globos de jamón, homenajesextravagantes, delirios arquitectónicos, sueños oxidándose al sol...Todo eso está aquí. Rotondas y mamotretos quiere constatar algo quedebería preocuparnos: que demasiadas veces hemos construido sinmemoria. Que el territorio ha sido tratado como tablero de apuestas,como escaparate o como vertedero de ideas sin rumbo. Que hemosconfundido lo monumental con lo importante, lo caro con lo valioso, lo visible con lo necesario. Pero también hay otra lectura. La dequienes ven en estas rotondas un espejo imperfecto de lo que somos:contradictorios, exagerados, entrañables, sobrecargados, testarudos,creativos incluso cuando no toca. La de quienes saben que el espaciopúblico no es solo un lugar para pasar, sino un lugar donde pasancosas. La de quienes entienden que el urbanismo no es neutro, que toda decisión de