Durante un viaje de estudios a Francia en verano, Kerry Samuels, un estudiante universitario canadiense, hizo una parada que cambiaría su vida para siempre. Una serie de acontecimientos inesperados lo llevaron a estudiar teología en Israel, donde cambió su nombre por Kalman y conoció a Malki, con quien posteriormente se casó. En 1977, su pequeño hijo Yossi sufrió una lesión que lo dejó ciego, sordo y con una hiperactividad severa. Durante los años difíciles y solitarios de la infancia de Yossi, su madre hizo una promesa: si alguna vez lograba acceder al mundo de oscuridad y silencio en el que vivía su hijo, ella dedicaría su vida a ayudar a otros niños con discapacidades y a sus familias. Inspirados por los asombrosos avances de Yossi en la comunicación, Kalman y Malki fundaron Shalva, uno de los centros más grandes del mundo dedicado al cuidado e inclusión de personas con discapacidad, contribuyendo así a construir una sociedad mejor para todos. En Sueños que nunca soñamos, Kalman Samuels comparte con humor, emoción y profundidad los momentos dulces y amargos de su vida, narran
