Es sabido que, en la concepción metafísica de Tomás de Aquino, laestructura que conforma el ente obedece a una doble composición: la de materia y forma (substancia), por un lado, y la de la substancia yaconstituida y el esse (ser). A lo largo de la historia han sidodiversos los modos en que sus seguidores han comprendido esta doblecomposición.
La Escuela dominicana, especialmente Tomás deVío (Cayetano), ha sido sin duda la que más ha dejado sentir suinflujo en la interpretación tradicional del tomismo. Aunque yaalgunos autores de la Escuela de Salamanca presentaron reparos a estainterpretación, han sido Étienne Gilson y Cornelio Fabro, quienes, amediados del pasado siglo XX, han puesto en tela de juicio la validezde esta hermenéutica. El criticismo de estos dos autores ha sidocontestado, a su vez, desde dentro de la susodicha Escuela dominicana, por otro autor: el canadiense Lawrence Dewan, que discutió lasprincipales tesis del tomismo gilsoniano.
El presente librointenta echar cuentas con esas dos grandes interpretacionesmetafísicas de Tomás de Aquino, enfrentadas durante siglos. Para ello