Los gallegos efectivamente somos en ocasiones reservados, humildes yno muy dados a presumir de nada. Hasta que toca hablar de pan. Ahí nohay reservas ni miramientos.Los gallegos no tenemos problemas endividir el pan en dos categorías: lo que es pan y lo que no. Entre elsegundo grupo se encuentra todo aquel pan que no sea gallego. "Eso noes pan ni es nada" es una frase que cualquier gallego puede decir ante un pan que no es gallego. Y es que la memoria gustativa de nuestrosantepasados ha permitido que hoy en día en Galicia se encuentren, para mí, los mejores panes y la mejor bollería del mundo. Recuerdoperfectamente el día que le comenté a alguien que iba a hacer un libro sobre el pan gallego:* Ah, ¿pero el pan gallego da para unlibro?Sonreí de oreja a oreja y no dije ni sí ni no.* No lo sabes túbien.El pan gallego no da para un libro, da para una enciclopedia. Deahí que quizás hasta ahora no se hubiera hecho ninguno. Ninguno comoeste, claro. Con carácter enciclopédico y eterno. Y que reúne lasrecetas, técnicas y los panes (y la bollería y las empanadas) másemblemáticos de Galicia. Porque el pan gallego no es